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Herramientas LegalTech en la cuarta Revolución Industrial

Esto que parecía muy alejado aún, es una realidad de palpitante actualidad.


En el último CADE DIGITAL llevado a cabo el 01 de junio del presente año, se estableció a manera de conclusiones que para lograr la Digitalización en el Perú se necesita de 3 aceleradores: Conectividad, Servicios Digitales y COMPETENCIAS DIGITALES, este último acelerador no sólo significa conocer las tecnologías digitales de la comunicación y transferencia de datos, sino principalmente a mi juicio crear y diseñar softwares LEGALTECH para el caso de los abogados, como herramientas para potenciar nuestras habilidades y conocimiento en una determinada materia del Derecho en la que tenemos expertis; por ejemplo en Contrataciones con el Estado, Arbitraje, Derecho Concursal, para lo cual un software de inteligencia artificial (IA) podrá analizar leyes, jurisprudencia y doctrina determinando patrones y resolviendo la problemática jurídica simulando el proceso cognitivo de un abogado especializado en segundos, lo que al mismo abogado le tomaría horas o quizá días.


Esto que parecía muy alejado aún, es una realidad de palpitante actualidad (ya en el 2017 un software de IA superó al mejor jugador del mundo de Go, uno de los juegos cognitivos más complejos y antiguos de la humanidad, 10 años antes de lo esperado); pero, ¿Como “aterrizamos” está TECH que parece tan compleja para un abogado?, con Facultades de Derecho que hasta el 2020 aún no incorpora en su malla curricular nada


sobre LEGALTECH o tecnologías digitales, pues tratemos de ir primero entendiendo que es IA, que es conceptualizada como la simulación de un proceso cognitivo humano por una computadora, para lo cual utiliza, Machine Learning (software que genera aprendizaje automático) Deep Learning (redes “neuronales” más profundas), Data mining (patrones y análisis de datos) y la famosa Big Data (gran volumen de datos). Aquí un esquema que utiliza la IBM para entender como desarrollar un software de IA:


Conforme afirma Fernando Pareja, Ingeniero Comercial de IBM, el 81% de funcionarios y profesionales de las empresas aún no entienden los datos requeridos para IA. Es necesario precisar que la Tech con más potencial para los abogados es la IA, pero primero debemos conocer sobre arquitectura de la información y Data Science (ciencia de datos). Para hacer eficiente la IA necesariamente debemos enfocar adecuadamente los datos.


Una vez “alfabetizados” digitalmente, los abogados debemos empezar a proponer regulación sobre el “nuevo” entorno digital, actualmente casi inexistente, por ejemplo sobre ciberseguridad de datos personales y contractuales, evidencias digitales, blockchain y smart legal contracts, tech que ya están siendo usadas con un marco regulatorio que aún no está actualizado a la digitalización, lo que podría generar contingencias y distorsiones en las relaciones de las personas en el uso de las tecnologías y los actos jurídicos que ya estamos realizando (constituir empresas online, contratos con firmas digitales, aperturas de cuentas bancarias online, transferencias dinerarias electrónicas, redes sociales y su connotación de privacidad y uso de información personal para negocios, expedientes electrónicos judiciales, presentación de documentación electrónica, procedimientos administrativos totalmente electrónicos, etc).


En el Perú, con la dación del Decreto Legislativo 1412, “Ley de Gobierno Digital” publicado el 13 de setiembre del 2018, esta Ley de Gobierno Digital tiene por objeto establecer el marco de gobernanza del gobierno digital para la adecuada gestión de la identidad digital, servicios digitales, arquitectura digital, interoperabilidad, seguridad digital y datos, así como el régimen jurídico aplicable al uso transversal de tecnologías digitales en la digitalización de procesos y prestación de servicios digitales por parte de las entidades de la Administración Pública en los tres niveles de gobierno. No obstante, esta norma es insuficiente y deberíamos estar regulando el uso de tecnologías más disruptivas y complejas como la IA, que está presente en todo nuestro entorno actual.


Sobre el particular, David Casacuberta Sevilla, Profesor de Filosofía de la Ciencia, de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su artículo “Como usar la inteligencia artificial para lograr una sociedad más justa” afirma lo siguiente:


“(…) aunque los peligros de digitalizar la comunicación política, la sanidad pública o las decisiones judiciales son reales y plausibles, las oportunidades también lo son y los algoritmos de aprendizaje automático pueden convertirse en herramientas en pro de la justicia social y política.
Se habla mucho últimamente de la necesidad de una ética para la inteligencia artificial. Desgraciadamente, la mayor parte de la discusión se centra en problemas lejanos e irreales. Sería ciertamente irresponsable desarrollar una inteligencia artificial “fuerte”, una similar o incluso superior a la humana sin añadir una serie de controles éticos muy claros. Pero es aún más irresponsable llenar libros y pantallas sobre esa futurible singularidad, cuando hoy en día ya hay problemas éticos asociados al uso de algoritmos de aprendizaje automático para tomar decisiones que parecen generar mucho menos interés.”

Al respecto, cabe precisar que la celeridad y eficiencia que trae la IA en la toma de decisiones de tramites de carácter repetitivo en los procesos legales, como analizar el cumplimiento de requisitos formales en un expediente, o proyección de resoluciones de mero trámite como correr traslado, o fijar fechas para audiencias, búsqueda y análisis comparativo de jurisprudencia análoga, y un largo etcétera; nos ahorraría meses en los que el ciudadano, que es el fin supremo del Estado, se encuentra esperando justicia que actualmente es tardía y hasta inútil al final de meses o años de interminables, caros y engorrosos procesos paquidérmicos; lo que podría durar días con el uso adecuado de la IA por la capacidad que tiene de analizar miles de documentos en segundos; y con ello resignificar la labor de nuestros operadores jurídicos que deberán dedicar el tiempo “ahorrado” en estudiar e investigar con mayor profundidad los casos o problemas puestos a su consideración en la cuestión de fondo que es lo más importante de la labor de los abogados, jueces, funcionarios jurisdiccionales y autoridades administrativas.


No obstante, no perdamos de vista que la tecnología digital avanza exponencialmente y ya rebaso largamente nuestra realidad y conocimiento del nuevo entorno digital, por lo que MAL UTILIZADA trae consigo “ciberdelitos”, injusticias, contingencias legales y distorsiones de las relaciones personales y empresariales, en tal sentido, cuando queramos reaccionar para regularla, si seguimos sin tener una “Ley Digital del uso de la IA”, va ser más difícil resolver las contingencias o problemáticas legales que se hayan podido generar, como el manejo antiético y hasta ilegal de la información privada de las redes sociales en las campañas políticas, como se dio en las elecciones de Estados Unidos del año 2016, con la compañía de tecnologías digitales Cambridge Analytica, que usó la IA y el análisis de datos para desarrollar campañas para marcas y políticos que buscan “cambiar el comportamiento de la audiencia” (manipulación psicológica); escándalo que recién hizo virar los reflectores a las políticas de privacidad de Facebook y Whatsapp y al uso de la IA de forma ética; y esto sólo para citar un ejemplo de los miles que se dan minuto a minuto con respecto al uso de las tecnologías digitales.


Conforme a lo manifestado precedentemente, es imperativo que regulemos hasta donde debemos ceder las decisiones más importantes a los algoritmos “imparciales” de la inteligencia artificial, por ello es necesario asegurarnos que haya humanos con “inteligencia natural” al final de la cadena de decisiones y que establezcamos en dichos algoritmos principios legales como Justicia, Ética, Transparencia y Responsabilidad.




Leonardo Vereau Rodríguez

Abogado Corporativo del Estudio Vereau & Asociados


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